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Parroquia Santa Madre de Dios

Iglesia 1 - 10/2008

Te Deum: una acción de gracias, pero de constante compromiso

Nosotros: ¿Qué buscamos?

 

“Los más jóvenes quieren desplegar sus talentos, quieren potenciar sus valores y sus iniciativas, buscan personas sabias que les hablen de Jesucristo, exigen un trato conforme a su dignidad, y con ello, igualdad y pluralidad de oportunidades. Realmente aprecian a quienes quieren abrirle camino a su esfuerzo y creatividad. En esta nueva etapa hacia el pleno desarrollo deben asumir el protagonismo que les cabe los pedagogos, las familias y los comunicadores sociales.”

Cardenal Francisco Javier Errázuriz 

El tema principal que rodeo este Te Deum, era la familia, aunque poca importancia se le dio en los medios de comunicación; más que la familia como conjunto lo realmente importante que habló el Cardenal, es la dignidad de sus miembros.

Gran parte de su Homilía se centro en los niños y los jóvenes, primero los niños de cuidar su inocencia y de respetar el derecho a la vida de los niños que están por nacer, por lo mismo, agradeció la resolución emitida por el Tribunal Constitucional en torno a la distribución de la pastilla del día después. Abogo por la creación de efectivos planes de educación sexual en los colegios.

También en lo que se refiere a los niños y jóvenes, habló sobre la Ley General de Educación (LGE), destacando sus aspectos positivos que esta “ley marco” entregaba a nuestro sistema educacional, pero no sólo se quedó en eso, también hizo el llamado de mejorar las condiciones laborales de los profesores y de hacer de esta profesión una de las mejores remuneradas debido a la dignidad que esta posee y de su importancia en el futuro del país. Los niños y jóvenes necesitan una educación de calidad, mencionó más de alguna vez el cardenal, destacando la labor realizada por los colegios católicos.

“Más del 90% de los jóvenes considera que lo más importante es la familia”, luego el trabajo; el Cardenal Errázuriz emplazó a la clase política de cuidar este aspecto fundamental de la sociedad (que la llamó escuela de valores), ya que en las familias desintegradas era más fácil que los niños y/o jóvenes entraran en la delincuencia (de acuerdo a los estudios). El Cardenal no quiso hacer una generalización, menos una discriminación, a los niños sin padre o madre, agradeciendo a la labor de ayuda que Dios entrega a las madres que con mucho esfuerzo educan a sus hijos y que no son parte de estas estadísticas.

Reiteró la labor realizada por el Obispo de Rancagua y Presidente de la Conferencia Episcopal de Chile, de colocar el tema del salario ético y justo para los trabajadores. La necesidad de mejoramiento del Transantiago, ya que esto impide que los trabajadores estén más tiempo con sus familias. Por último agradeció la reforma previsional, ya que en parte solucionaba la realidad que viven los adultos mayores en nuestro país.

Para el Bicentenario, en este poco tiempo que ya nos esta quedando, el Cardenal nos dio una pregunta que debemos respondernos ¿Qué buscamos?

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