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Parroquia Santa Madre de Dios

365 dias de Cuasimodo!

 

 

Muy queridísimos hermanos y hermanas en Cristo:  

        Hoy fuimos testigos de la presencia renovadora del Señor en medio de nuestras poblaciones, quizás un Cristo de cuerpo reducido, pero que con entusiasmo igual contagiaba de alegría a quienes lo veían pasar un tanto extrañados. A pesar de la menguada cantidad de fieles, Jesús Sacramentado llego a un gran número de enfermos físicos que sintieron calmados sus dolores gracias a la compañía de nuestro buen amigo y pastor, Jesucristo.¿Pero esta hermosa misión solo debe realizarse en una fecha determinada, un solo domingo? Lamentablemente es así, y mas doloroso es aun darnos cuenta que ni siquiera para esta fecha nuestros jóvenes, “comprometidos” con el anuncio de la Buena Nueva, participan activamente en este camino donde se siembra esperanza. Pareciera que se nos olvida que nuestro Señor no solo resucita en Pascua, es cierto que en el tiempo pascual celebramos ese acontecimiento, pero El renace y nos regala la eternidad todos los días, especialmente los domingos, cuando celebramos la Eucaristía. Es entonces esta fecha tan emotiva para nuestros hermanos y hermanas enfermos, un llamado de atención para los que confiamos en el amor de Dios, para los que nos autodenominamos católicos “a nuestra manera”, que vivimos la eucaristía, pero olvidamos la misa, llegando a nuestras casas a encerrarnos en nuestras habitaciones como si buscáramos resguardar el mensaje de Cristo ante los dolores, y errores del mundo. ¡Hermanos! La palabra nunca pasara, no temamos entregarla a quienes no la conocen, no seamos egoístas con aquel tesoro que se nos ha sido regalado, compartamos el amor infinito de nuestro Padre. Con un gesto simple, una sonrisa, una palabra de preocupación y cariño, una caricia, un tiempo para escuchar los pensamientos que aquejan a quienes nos rodean… no seamos mezquinos con los regalos que Dios nos entrega… Quien mucho da, mucho recibe.

 

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